El año litúrgico
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El Tiempo Ordinario
Este Tiempo se llama Ordinario porque sigue el "orden" de los Evangelios sinópticos para presentarnos todo el ministerio público de Jesucristo.
Lo característico es que durante el mismo se considera la vida pública de Jesús, es decir, lo que hizo con sus discípulos, los lugares que visitó, los milagros que hizo, etc., en definitiva la vida cotidiana Jesús.
Este Tiempo se ve interrumpido por la Cuaresma y la Pascua, para luego continuar, por eso se dice que hay una primera parte y una segunda parte del Tiempo Ordinario.
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Cuaresma y Semana Santa
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El Tiempo Pascual
El Tiempo Pascual es el más fuerte de todo el año, dura siete semanas o, lo que es lo mismo, los 50 días (en griego "pentecostés") que van del domingo de la Resurrección hasta el domingo de Pentecostés.
Se conmemora la Pascua (paso) de Cristo, que ha pasado de la muerte a la vida, a su existencia definitiva y gloriosa.
Al no ser suficiente con un domingo para dar cabida a tan grande celebración, son 50 días los que abarca, como si se tratara de un solo y único día festivo, como un gran domingo.
Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo.
La primera semana es la Octava de Pascua y termina con el Domingo de la Octava, llamado "in albis" porque, según la tradición, ese día se retiraba a los recién bautizados los vestidos blancos recibidos el día de su bautismo.
Durante todo este tiempo la Iglesia exulta de alegría por Cristo Resucitado y un signo común en este tiempo es el Cirio Pascual que se enciende en las celebraciones.. Las fiestas más importantes de este tiempo son la Ascensión y Pentecostés.
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Adviento y Navidad
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El Año Litúrgico termina en la fiesta de Cristo, Rey del Universo que tiene lugar en la segunda parte del Tiempo Ordinario.